Extraño
cuando salías de la ducha bailando. Cuando me entorpecías mientras hacía la
cena porque lo toqueteabas todo. Echo de menos cuando te estirabas antes de
dormir y sin querer me regalabas una sonrisa cómplice mientras te acomodabas.
Extraño tanto los días en los que nos pasábamos horas caminando y hablando como
loros, poniendo el mundo patas arriba y riéndonos de todo. Extraño echarte la
bronca cuando no bajabas la basura, o cuando no me dejabas sitio en el sofá y
terminábamos con una guerra de cojines que siempre acababa en besos. Echo de menos cuando nos meábamos de risa
viendo aquellos programas frikis en la tele. Extraño los días de playa,
poniendo piedras en tu espalda mientras te hacías el dormido y bañarnos en la
orilla rodeándonos de abrazos y besos salados. Echo de menos cuando se te
olvidaba la mitad del chiste y acababas contando un desastre que al final
igualmente me hacia reír. Extraño verte tender la ropa para acabar diciendo
siempre que lo odiabas. Echo de menos cuando me tirabas las manos y piernas por
encima y te dormías. Extraño las largas charlas con cualquier cosa sobre la
mesa de un bar, y que te rieras de mi cuando jugaba con la cuchara del café.
Echo de menos mirarnos y saber lo que estamos pensando, tener las mismas
reacciones, y esa complicidad que solo tú y yo teníamos. Extraño las bromas,
los comentarios, extraño hasta los momentos más duros y difíciles porque
siempre nos unía más, nos hacía más fuertes. Echo de menos los largos baños en
silencio y llenos de espuma, los masajes, los desayunos de los domingos en la
cama poniéndolo todo perdido. Extraño todo lo que fuimos a pesar de lo mal que hayamos podido hacer muchas cosas...
Te echaré de menos todos los días de mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario