Todavía
recojo las sobras de tu presencia del suelo, como si nunca te hubieses ido,
como si nada hubiese pasado, como si aún me quisieras profundamente y no
existiese un solo motivo por el cual decirnos adiós. Todavía me despierto en
las mañanas con tu imagen en la memoria. Todavía me niego a reaccionar porque
estoy a gusto subida en esta nube, aunque me siente sola a mirar hacia el suelo
porque tú ya te has bajado. Todavía me acuerdo de todo, de tu forma de hacer
las cosas, mientras yo solo podía mirarte, de tu manera de hablar, de caminar,
de mirarme y de que me querías, aunque fuese a tu manera…. Todavía sonrío sin
querer cuando me acuerdo de ti, y todavía me alejo del mundo normal para
sumergirme en el mío, que es el único donde te encuentro cuando quiero. Todavía
te lloro y te maldigo, y te echo de menos, y de repente te odio, pero te vuelvo
a querer más fuerte y más vivo que nunca, y te sigo maldiciendo por haberme
marcado, y porque ahora todos los caminos me quieren llevar hacia ti, pero al
final de ellos nunca te veo. Solo hay una cosa peor que esto. Y es que te quise
y te quiero, y te querré. Como siempre, pero como nunca.